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Olfato de Policía: Así es el día a día de la Unidad Canina en Aragón

Son 19 perros que participan en patrullas peatonales o acuden a puntos críticos como la estación Delicias o el aeropuerto. Son capaces de detectar drogas, billetes, armas y hasta explosivos.

Agentes de la unidad canina y sus perros en la estación Delicias.
Agentes de la unidad canina y sus perros en la estación Delicias.
Javier Cebollada/EFE

Gracias a su olfato son capaces de detectar drogas, billetes, armas y hasta explosivos. Cindy, Coca, Polo o Roma son los nombres de algunos de los inseparables compañeros de los nueve agentes que integran la Unidad Canina de la Policía Nacional en Aragón. El grupo de guías caninos está presente en la comunidad desde 1993 y en la actualidad cuenta con 19 perros, normalmente dos por agente, cada uno con una especialidad: estupefacientes o artefactos.

En una jornada normal hacen patrullas peatonales o acuden a puntos críticos como la estación intermodal de Delicias o el aeropuerto de Zaragoza para las requisas de drogas o de explosivos. Y en los días más prolíficos son capaces de desarticular un laboratorio de cocaína o encontrar la droga camuflada en un coche diseñado para el contrabando.

Perros entrenados desde que tienen un año

Pero detrás de estos actos heroicos existen muchas horas de dedicación por parte de los agentes que los acompañan desde su llegada al Cuerpo, normalmente tras la compra o donación cuando tienen aproximadamente un año.

Para ingresar en este grupo canino de elite no es imprescindible parecerse a Rex, el pastor alemán que conquistó la pequeña pantalla. Si bien los pastores belga malinois o los labradores pueden ser unos buenos candidatos, como indica el jefe de la Unidad Canina, Borja Lete, vale cualquier perro que tenga una serie de cualidades como la seguridad en sí mismo y ser sociable con perros y animales.

Como prueba de que también en los perros lo importante es la actitud destaca el caso de Katrina, una perrita mestiza de malinois que abandonaron atada a un poste y que fue trasladada al Centro Municipal de Protección Animal de Zaragoza. La veterinaria detectó ciertas cualidades en el cachorro y cuando llamó a la Unidad Canina, el agente Sergio Ruiz pudo comprobarlo. "Nada más llegar me pareció que tenía posibilidades por sus ganas de buscar y porque era una perrita muy sociable", señala el agente. Para comprobar sus dotes, la Unidad Canina la llevó durante unos días a sus lugares habituales de trabajo, donde comprobaron que ejecutaba a la perfección las tareas más básicas, como acudir a la llamada, subir con facilidad a la furgoneta o no asustarse en los lugares públicos.

Como el grupo con base en Zaragoza ya estaba al completo, esta pequeña perra mestiza viajó a Madrid para seguir formándose y pronto encontró un puesto como acompañante de un agente en Murcia.

Unidad canina de la Policía Nacional.
Unidad canina de la Policía Nacional.
Javier Cebollada/EFE

Como Katrina, los perros policía comienzan el adiestramiento con ejercicios diarios para fomentar el control, el vínculo con su guía y para aprender a detectar drogas, armas y grandes cantidades de dinero.

Cómo detectan armas y drogas

¿Cómo lo reconocen? El olor a metal, pólvora o algunos aceites especiales delatan a los portadores de armas. Por su parte, los perros especializados en artefactos son entrenados para distinguir desde la Goma-2 que utilizaba la banda terrorista ETA hasta los tipos de explosivos más habituales en el ISIS.

Aprender a distinguir el sutil olor del dinero se consigue gracias a la aportación de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, que cede a la Policía billetes fuera de circulación triturados que los perros detectan por el característico olor de su tinta.

Su olfato está tan entrenado, relata el oficial Miguel Ángel Gracia, que su perra Coca fue capaz de señalar un equipaje que contenía marihuana envasada al vacío.

Coca no es el único can que ha trabajado junto a Gracia, el más veterano, en la Unidad desde 1993. En la actualidad también cuenta con un perro especializado en explosivos, Trebol, y junto a él han caminado algunos compañeros caninos ya "jubilados" y otros que han fallecido dejando un gran vacío.

En casa de los agentes o en la guardería canina

Porque, como explican los agentes, cuanto mayor es el vínculo con los animales, mejor es el resultado en el trabajo. Una unión que no solo se crea en las horas de patrulla, ya que antes de comenzar la jornada los agentes entrenan con sus perros, los pasean, los acicalan y, sí, también los miman. En el caso de la unidad aragonesa, algunos perros viven con su guía y otros en la guardería canina Dog Garden, donde tienen un gran espacio verde para pasear, jugar y practicar con sus dueños.

Unidad canina de la Policía Nacional.
Unidad canina de la Policía Nacional.
Javier Cebollada/EFE

"Todo esto es parte de lo que no se ve", comentan los policías, mientras una de sus compañeras pasea a sus dos perros por el campo cercano al centro canino de Movera y el oficial Gracia ofrece una exhibición, parte del juego con su perra Coca.

Más tarde, la unidad se traslada hasta la estación de Delicias, uno de los puntos donde están presentes para detectar drogas y explosivos. Esto último, especialmente, cuando se trasladan autoridades. En esta ocasión, la patrulla espera a los pasajeros que acaban de llegar en el AVE y ascienden por las escaleras mecánicas hacia la salida.

En un momento dado, la perra Cindy corre hacia una bolsita de hachís que alguien ha tirado con disimulo en las escaleras al percatarse de la presencia policial. Y demuestra una vez más que aunque el portador se haya zafado, casi nada escapa al olfato de un perro policía. 

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