Atrás Reinado de los Reyes Católicos
Su reinado se extendió entre 1474 y 1504 y supone el comienzo de un periodo de gran auge y prosperidad que situaría a España a la cabeza de Europa durante algo más de un siglo.
Por la voluntad de los monarcas Católicos, España protagonizó hechos tan relevantes que marcarían el rumbo de su historia, como la unificación de los distintos reinos bajo su Corona, la integración definitiva de Canarias en la Corona Castellana, la anexión del Reino Nazarí de Granada, o la Llegada de Cristóbal Colón al Nuevo Continente.
Sistema monetario durante el reinado de los Reyes Católicos
El sistema monetario se basaba en el oro, la plata y el vellón. La diversidad monetaria existente en los distintos reinos de España a la llegada de los Reyes Católicos estaba influenciada por dos áreas diferentes: la musulmana y la europea. Los reinos que integraban la Corona de Aragón emitían cada uno su propia moneda. Isabel y Fernando tendieron durante su reinado a unificar los tipos monetarios, especialmente en Castilla.
La primera normativa para Castilla es de 26 de junio de 1475, y establecía el castellano como unidad del oro, con los bustos afrontados de los monarcas. Establece asimismo el doble castellano, pieza que se denominó excelente, por la pureza de su metal, en él aparecen los soberanos, y el águila de San Juan cobijando el escudo, en el reverso. Para la plata se establecía el real, y sus divisores medio y cuarto de real. En vellón, aleación de plata y cobre, acuñan la blanca, sus tipos representaban las siglas de los reyes.
La Pragmática de Medina del Campo, dictada en 1497, establecerá las normas de acuñación para la nueva pieza de oro: el excelente de la granada, basado en el ducado veneciano, moneda aceptada en Europa y ya implantada en Valencia y Aragón desde 1483. Esta moneda tenía múltiplos de 2, 4, 10 y de 20 y un divisor, el medio excelente. Esta disposición pretendía unificar el sistema monetario y regulaba además el funcionamiento de las casas de moneda y monederos. Introducen asimismo un nuevo valor en plata, el octavo de real.
En una Real Cédula de 1503, Isabel ordena que se acuñe en la Casa de Moneda de Sevilla "el oro que llegue de la Isla Española y de las otras islas y tierra firme del mar Océano"; dicha ceca labrará también moneda de plata y de cobre.