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"Somos un referente en firma electrónica"

Felipe Amores, director de Sistemas de Información de la FNMT.

La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre ayuda con productos de alto valor añadido a la transformación digital de la Administración.

Entradas de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), precintos para el alcohol y el tabaco, documentos notariales, décimos de lotería, etiquetas de denominación de origen,, pasaportes, permisos de conducir, permisos de armas... Y así hasta 1.300 productos. Todos ellos se desarrollan en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT), uno de los centros más avanzados en materia de innovación y, a la vez, más desconocidos de España. "Casi cualquier español lleva encima cuatro o cinco productos nuestros sin que sea consciente de ello", asegura Felipe Amores, director de Sistemas de Información de la FNMT.

"Cualquier español lleva encima cuatro productos nuestros sin ser consciente de ello"

Y es que, pese a tratarse de una institución con una larga tradición, la Fábrica de Moneda y Timbre ha sabido reinventarse para competir en un ecosistema cada vez más poblado y exigente. Prueba de ello es el éxito que han cosechado los sistemas de firma electrónica, que han convertido a España en un referente internacional en la administración digital. "España es pionera en firma electrónica a nivel mundial y es por las exigencias de la Administración Pública", asegura Amores.

Un éxito que se extiende también al DNI electrónico, diseñado en un tiempo récord, y que ha servido de modelo para otros países. "Hay otros países que van por detrás de nosotros, han copiado el modelo español y se han tomado tiempo para desarrollar su propio modelo de identificación electrónico".

Seguridad

En lo relativo a la seguridad, el representante de la FNMT destaca la importancia de garantizar no sólo la integridad de la información sino de que esta no se pierda en el tiempo. "La seguridad tiene que valer hoy y tiene que valer dentro de cinco o diez años. Por ejemplo, en los servicios de firma electrónica estamos obligados a guardar la trazabilidad de la firma para así, dentro de cinco o diez años, poder aportar la evidencia de que se ha realizado una transacción", explica Amores, que pone el ejemplo de la cinta de radiocasete: "Si ahora tuviéramos que escuchar un casete de gasolinera no tendríamos donde ponerlo en casa. Eso podría pasar con determinados soportes que se almacenan y que con un cambio de sistema operativo en unos años tendrías dificultades para leerlos".

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