Atrás Monedas
Cada moneda arrastra consigo un pequeño y singular trozo de la historia. Las monedas han sido testigos de excepción, medios de expresión, vehículos de ideologías de cada uno de los episodios que conforman la historia de un país, constituyendo un valioso y querido tesoro, de mucho más valor que el estampado en el reverso.

Nacimiento

El 19 de octubre de 1868 nace la peseta como unidad monetaria por decreto del Gobierno Provisional tras el derrocamiento de Isabel II. Este mismo gobierno decide centralizar toda la producción en la Ceca* de Madrid, origen de lo que es hoy la FNMT-RCM. Desde entonces se han acuñado en la Fábrica todas y cada una de las pesetas que han circulado hasta la aparición del euro.
Cada peseta encierra en sus pequeñas dimensiones, la historia, la política, la religión, la economía y el arte del instante en el que se acuñó. La peseta alberga 134 años de historia de España concentrada.
(*) Nombre originario de las casas de moneda.
Nombre

La elección del nombre se debió principalmente a su familiaridad de uso. Algunas denominaciones como maravedí, real, escudo, etc... quedaron sepultadas bajo el término peseta, comúnmente utilizado en el período de Isabel II. Parece ser además, que ya en Cataluña habían circulado pesetas desde antes de la Guerra de la Independencia.
Primeras monedas

Anverso
La primera pieza acuñada en 1869 es la unidad. Nace con la leyenda de "Gobierno Provisional" en el anverso, en lugar de "España", que figurará en las siguientes acuñaciones y en los valores en plata. El motivo elegido fue la personificación de Hispania recostada sobre los Pirineos, inspirada en las monedas del emperador Adriano. Por su parte, el bronce representaba a España como matrona sentada sobre las rocas. Ambas fueron magníficamente grabadas por Luis Marchionni, que, desde 1861, ocupaba el cargo de grabador principal de la Casa de la Moneda de Madrid.
Reverso
El reverso se dispuso en plata con el escudo de España. Mientras el bronce exponía la figura de un león rampante sosteniendo dicho escudo, imagen que dio pie a la popular denominación de "perra gorda" o "perra chica", dado que la gente vio un perro donde figuraba un león. Tras un concurso internacional, se extrajeron tres bocetos distintos que sirvieron de inspiración para el modelo definitivo de Luis Marchionni.
Iconografía

A lo largo de la pervivencia de la peseta como sistema monetario, el diseño ha evolucionado marcado por las impresiones de cada momento y en muy distintas direcciones.
Desde el origen
Conforme a lo establecido en 1869 se mantiene en el reverso el escudo nacional de España, al que se irán agregando modificaciones. En los anversos se sustituye la presencia de Hispania por la efigie real.
La Segunda República marca la ruptura tipológica, introduciendo motivos de inspiración republicana acordes con la condición del nuevo gobierno. En ocasiones los modelos surgen poco elaborados por la apremiante necesidad de acuñación.
La llegada al poder del general Franco supone un giro en este sentido, introduciendo un retrato modelado en 1947 por Benlliure y adaptado por Manuel Marín. El retrato de madurez se debe a Juan de Ávalos.
Hasta nuestros días
La democracia mantendrá los tamaños y valores incorporando la imagen del rey don Juan Carlos I así como el Escudo Real. Sin embargo, desde 1990, los tipos se renuevan cada año en pos de una intención conmemorativa que puso fin a la tradición exclusivamente monárquica, dando entrada a motivos culturales, artísticos o locales.
Valores

Los catorce valores inicialmente previstos no llegarán a materializarse hasta el reinado de Alfonso XIII, donde se sustituyeron los metales preciosos por nuevos metales y aleaciones, provocando la pérdida de la paridad entre el valor intrínseco y el nominal. Aún así, las acuñaciones de oro se mantuvieron hasta 1904 y en plata hasta 1933. Esta última dio paso a la peseta amarilla de latón conocida popularmente como "la rubia". A partir de ese momento las acuñaciones se han basado en cobre, aluminio y níquel y los diseños han ido combinando todo tipo de aleaciones y tamaños.
A partir de 1989 y por razones puramente económicas, que se añaden al interés de los coleccionistas, se suceden ininterrumpidamente acuñaciones en metales preciosos. El acto simbólico de la última acuñación de la moneda de cien pesetas constituye el fin de la historia de la peseta, las idas y venidas, las caras y los reversos de la querida moneda.